viernes, 17 de febrero de 2017

Tú y yo no estamos solo en diferentes puntos de ciego,
estamos en diferentes extremos de un mismo alfiler,
de un mismo reloj.

Y me picha tu posición sobre la cabeza,
como si tu felicidad fuese cómplice de mi dolor.


tan acomodada sobre la horizontal de las tres
y yo
que a cada minuto que pasa
me encuentro más colgada de la vertical de las doce.
[Distensión mente y cuerpo.
Tiempo biológico frente al tiempo matemático]


tan ebria como siempre
a borbotones brotan las palabras de tu boca
de tus venas: el mejor vino tinto,
justo en su punto
equilibro perfecto entre grados y desvaríos.

Pero la balanza cedió
y ya no entiendo tu lenguaje.

Porque yo
tan sobria como siempre
ando a la deriva
naufraga de tus vaivenes.

Tú y yo
dos caras de una misma moneda
enfrentadas por naturaleza
pero siempre salvaguardándose las espaldas.

Lanzamiento
un giro
tres vueltas en el aire,
cae cruz.

De nuevo,
ganas tú.

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