domingo, 16 de diciembre de 2018

Ensoñaciones

Si acaso yo pudiera encapsularte en mi memoria.

Ser fiel a cada uno de tus gestos
y no desfigurar tu mundano cuerpo
a través de todas sus posibilidades
que no son
que tú no eres aquello que podrías haber sido.

Sin embargo
te veo
y trasciendo tu mirada.
-cuántas oportunidades perdidas-.

El drama del tiempo no es que se pierda
es que ni tú
ser endiosado por mí
podrás batallar en su búsqueda.

El drama del tiempo no es que se pierda
es
que diluye inevitablemente en la existencia
y que tú
tú jamás pediste
ser aquello que yo imaginé.

domingo, 3 de junio de 2018

El fin es lo inevitable,
es el aplauso en el teatro.
El final es el domingo
el fin los lunes a las siete de la mañana.
El fin es el:
"Cariño
esto hace tiempo que se ha terminado y nosotros ya solo estamos adornando la historia con algo de drama improvisado que jamás llegará a las
PANTALLAS     DE        SUS       MEJORES    CINES"
El fin es la hipérbola que se mira en el espejo
y no encuentra sus límites.
No se reconoce.
El fin es la ausencia de un yo eterno.
Es el debate
mal estructurado
maltratado
por tantos años hablándonos a gritos.
El fin está en el ídolo
y ese
es el problema.
El fin es la coincidencia demoledora de haberme enamorado de ti
la levedad de tu ser
la inmortalidad de una foto en el recuerdo
y el que nadie entienda de quién hablo,
que da lo mismo si es un Dios
o es el Diablo
que al maniqueísmo lo han llamado para formar parte del orden del día.
El fin es la escritura
el pensamiento de lo abstracto
la falta de palabras
el mirarte y no poder decirte nada.
El fin jamás debió de ser el amor libre
lo siento
tuve miedo.

Y todo esto
 ¿con qué finalidad?

El fin y el principio
son dos viejas amigas
a las que aún les une el alcoholismo.
Se llaman todos
los viernes noche
y cuando el vino hace el efecto
aprovechan
la indeterminación del momento
para decirse todas las verdades.
Luego lloran
se abrazan
y no saben dónde caerse muertas.
Pero el fin
no está en la tumba
eso
es el final.

miércoles, 31 de enero de 2018

miércoles, 24 de enero de 2018

Un viaje en metro

El universo deja caer su más intrínseca paradoja.
Los metros la recogen
y crean una nueva concepción del
                                                      espacio
                                          tiempo.
Las prisas de toda una población se ralentizan
y convergen en miradas que deambulan
desde el reloj
al exterior del vagón.
¿Cuándo vendrá la próxima parada?

Se cierran las puertas del metro.
Hay overbooking de palabras
allí
donde predomina el silencio tecnológico.
Ya está todo más que dicho.
El tiempo cambia
y no merece ni un par de segundos
contemplarlo avanzar
hacia un futuro inminente.
No hay tiempo
ni para el tiempo,
preferimos dedicarles espacio
a aquellos
que no están
presente(s).
Hace un calor en enero
que derrite todos los días sin verte
y nadie
habla de ello.

En la siguiente nos paramos
yo y el ego.

Rota la comodidad rutinaria
una pareja de amigos
al fondo
se hacen señalar
por hablar.
Una conversación intranscendente
les eleva al lugar
donde aún
queda alguien pensando.

Próxima parada,
la mía.
La misma crítica de todos los lunes tarde.
El reflejo me revela la verdad,
yo
también soy silencio
y soledad.

Final del trayecto.
Próxima parada:
poesía.