viernes, 28 de julio de 2017

Críos
de tres años en los parques
toman café
en biberón
por no saber empalmar
parvulitos
con el historial de actividades extraescolares
de sus currículum vitae.

Padres
desde los bancos sacan fotos
a los inocentes niños
que se inician en el despiadado juego
de domar a la fiera
más débil.
Prueba de más que teste,
de aquí a veinte años,
la infancia irrevocable
que tuvieron
como moneda
de chantaje cambio
con la que pagar
el geriátrico cuatro estrellas
de sus hastiados padres.



Los críos han dejado de ir al parque.
La tenue luz de la farola
resalta sin escrúpulos
el mosaico de cristales rotos
que florece cada noche.

El espacio se divide
en múltiples escenas
que recogen
el transcurso de la vida
que cada mañana
resetea la cinta de cassette .
Con la única constante
de una conversación
telefónica
siempre demasiado alta
que trata de salvar
distancias
entre la locura
y el monólogo.



viernes, 21 de julio de 2017

Folios paralelos

Las palabras
que no salen
se retuercen
en tus riñones
formando piedras que
te hunden
en la soledad del silenciado.
Y no hay
operación que valga
para sobrevivir a tanto calvario.

No quieres vomitar
la cal viva
que creíste muerta
y te están
comiendo desde dentro.

Las palabras
se te atraviesan en el esófago
hacen
un nudo con tus inseguridades
y al escupirlas
en tu mano que es la pluma
espasmos
recorren tu cuerpo
confundibles
con el orgasmo que no llega
y persigues.
Que no llega
porque has puesto
la barrera más infranqueable
entre tú
y el éxtasis.
Una mente
a falta del muro
contra el que estrellar el coche.

Y en esta habitación
hay
demasiadas luces
camufladas
con las sombras
que ya no existen
porque
hay
demasiadas luces
en esta habitación.
Falta inspiración
y te falta
la respiración
donde solo
hay
planos.
Planos
que se superponen a otros planos
que a la par
se superponen a tu vida
y que a la impar
desaparecemos.
No somos
más
que los frágiles puntos
componiendo un nítido plano
al que algunos excéntricos
llaman folio
y otros tantos cuerdos
universo.